EL PRINCIPIO DE RESONANCIA
Tal como ya los antiguos parecían saber, todo en el universo está en un estado de vibración. La resonancia es la frecuencia en la que un objeto vibra más naturalmente. Tal como describe Jonathan Goldman en su libro Sonidos que sanan, “por medio de la resonancia es posible que las vibraciones de un cuerpo alcancen a otro y lo pongan en movimiento. Esto puede observarse fácilmente, por ejemplo, cuando un cantante rompe una copa con su voz. Lo que ocurre es que la voz del cantante puede igualar la frecuencia de resonancia del cristal, provocando así su vibración.
El principio de resonancia opera constantemente en la naturaleza de manera que las vibraciones más potentes “contagian” por resonancia la vibración de objetos o seres cercanos.
¿Cómo el viento es capaz de derribar un sólido puente de piedra? ¿Por qué las olas de mar próximas entre sí tienden a juntarse y formar una sola o cómo dos relojes de pared cuyos péndulos oscilan a ritmo diferente acaban por sincronizar su movimiento al situarse uno al lado del otro?
Todos estos eventos tienen su base en el principio de resonancia
De hecho cada célula y cada órgano del cuerpo está continuamente vibrando a una determinada frecuencia. Cuando un órgano está sano su frecuencia vibratoria está en armonía con el resto del cuerpo. Cuando esta frecuencia se altera, se rompe esta armonía y, a medida que se somatiza el problema, aparece lo que conocemos como enfermedad. Por el principio de resonancia es posible modificar estas frecuencias alteradas a través de la transmisión de otras frecuencias. Esto es lo que convierte al sonido en un proceso terapéutico capaz de abrir la puerta al equilibrio físico, emocional, mental y espiritual.