INTRODUCCIÓN A LOS CUENCOS DE CUARZO

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El uso de los cuencos de cristal de cuarzo ha comenzado a extenderse de manera importante en todo el mundo. En un tiempo en el que la mística y la ciencia se encuentran de la mano de la física cuántica, estas vibraciones parecen ser un reflejo de ello. La utilización de estos instrumentos en hospitales o en grupos de meditación, su divulgación por oncólogos de prestigio como Michael Gaynor o por conocidos músicos y musicoterapeutas como Jonathan Goldman o Stephen Halpern hacen que estas vibraciones se estén convirtiendo, cada vez más, en  algo habitual en nuestra sociedad.

 

Pitágoras nos decía en su conocida Música de las esferas que “cada cuerpo celestial, de hecho cada átomo, produce un sonido particular. Todos estos sonidos o vibraciones componen una armonía universal, en la que cada elemento, sin perder su propia función y carácter, contribuye a la totalidad”.

Nuestro cuerpo físico y energético está compuesto por un conjunto de frecuencias, llamadas a la armonía entre sí y con el medio con el que interaccionan. Somos, pues, como un instrumento en el que cada alimento que ingerimos, cada emoción que sentimos, cada pensamiento, son una nota inseparable del conjunto que somos, nuestra frecuencia vibratoria, nuestra música dentro de la Gran  Orquesta.

 

La vibración de los cuencos de cuarzo es un afinador natural con el que hombre resuena a múltiples niveles, sintonizando el cuerpo físico, armonizando la emoción y tocando las vibraciones más sutiles del alma.

 

Desde los años 80 estos cuencos se han comenzado a utilizar en terapias de sonido. El cuarzo es un amplificador natural con unas cualidades sonoras únicas. Puede lograr sonidos muy intensos pero ante todo muy penetrantes. Todo nuestro cuerpo físico y energético entra en resonancia con esta vibración, y la mente y el cerebro se relajan profundamente. A través del trabajo con cuencos de cuarzo, especialmente en hospitales, se han documentado mejoras físicas, incluso en enfermedades terminales, que van más allá del nuestro entendimiento ordinario

 

Para muchas personas estos sonidos ‘tocan’ algo conocido en nosotros. En las actividades que realizamos, a veces conciertos con cientos de personas, comprobamos como gente de muy diferente condición o creencia, afines o no al mundo de la meditación o el desarrollo personal, comparten el reconocimiento de una vibración que les une por el alma.

En un mundo en que a menudo el medio no favorece nuestro equilibrio, estos sonidos nos transportan a un océano de vibración, a una dimensión… en la que la perfección es el estado natural.

 

Los cuencos de cristal de cuarzo abren un importante camino en el campo terapéutico, y tienen la capacidad de transportarnos hasta el origen mismo del Sonido. Nos conducen al lugar de la verdadera sanación. A la experiencia del Silencio Interno por medio del cual podemos salir de los estrechos límites del intelecto para adentrarnos en la paz del alma y la experiencia de nuestro espíritu.

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